martes, 17 de junio de 2008

The Wire

Llevo demasiado tiempo con el blog en espera... buscando un punto por el que empezar. Creo que lo he encontrado.

Acabo de terminar la primera temporada de The Wire (HBO), y el pensar que todavía me quedan cuatro temporadas enteritas, me llena de gozo. Me ha dejado un estupendo sabor de boca, solo comparable a la que me dejó Mad Men hace unos meses (ya hablare de esta próximamente), y nada que ver con el resto de series que estoy viendo esta temporada.

The Wire es una serie de polis y bandas de delincuentes, pero está narrada como una buena novela negra, sin precipitación y todos los cabos bien atados. Un desarrollo de personajes natural, sin artificios, y una descripción de la realidad social dura, sin concesiones a ninguna de las partes y afortunadamente exenta de cualquier tipo de moralina. No hace falta que nos presenten a los malos como psicópatas desquiciados y prepotentes para que nos caigan mal, ni a los buenos como paladines del honor y del deber. Simplemente son buenos o malos porque es el papel que les ha tocado jugar con las cartas que les han repartido.

En la actualidad, la mayoría de las series policíacas son vertiginosas, en cada capítulo tratan resolver uno o mas casos (Mentes Criminales, Ley y Orden, CSI, Caso Abierto etc.) parece ser que el espectador tiende a perderse en tramas que duren más de 45 minutos. Sin embargo esta es tranquila, a lo largo de la primera temporada únicamente tratan de desentramar un caso, capa a capa, de forma natural. Muchas veces dan palos de ciego, otras no. Esto no significa que la serie sea aburrida o lenta, está llena de acción, conspiraciones, persecuciones y demás.

La serie esta ambientada en Baltimore, ciudad industrial de la costa este americana, pegada a Washington. Es una ciudad dura, pobre y con gran problemática social. El departamento de narcóticos de la policía se contenta con realizar de vez en cuando redadas, y detener a camellos callejeros de poca monta. No tienen ni presupuesto, ni ganas de profundizar más en un problema que los desborda por todos los lados. Los distintos departamentos no tienen comunicación entre si, trabajan con maquinas de escribir, como para pensar en tener una red informatizada. Sin embargo el detective de homicidios Jimmy McNulty, tiene una teoría, y es que todo el trafico de narcóticos de la zona Oeste de la ciudad, esta relacionado con una persona: Avon Barksdale, y comete el error de contársela a un juez del estado, Daniel Phelan. El juez empieza a hacer preguntas incómodas a los jefazos de la policía, los cuales ni habían oído hablar del tal Barksdale. Así que, obligados por las circunstancias pretenden quitarse el muerto de encima cuanto antes, hacer el paripé y que parezca que todo esta controlado. Crean una unidad especial a cargo del teniente de narcóticos Cedric Daniels, el cual tiene grandes aspiraciones de ascenso en el cuerpo de policía, y por tanto parece fácilmente manipulable. Los distintos departamentos ceden personal, lo peor de cada casa, policías en su mayoría,viejos, vagos y desmotivados o novatos enchufados de gatillo fácil. Les dan un sótano para trabajar, con maquinas de escribir, y cuatro mesas mal puestas. Con este panorama McNulty se convierte en una especie de Llanero Solitario, empeñado a pesar de todo y de todos, en resolver el caso. No por convencimiento moral o ambición de ascenso, sino básicamente por orgullo intelectual.

Poco a poco, capítulo a capítulo, van construyendo un caso partiendo del desconocimiento total de la banda a la que se enfrentan. El resto de los integrantes de la unidad van viendo sentido a lo que hacen, se despierta su instinto detectivesco, y empiezan a creer que pueden conseguirlo… pueden dar un gran golpe al mundo de la droga, un caso de verdad. Sin embargo los superiores quieren que terminen el tema en un par de semanas, que hagan cuatro redadas, detengan a algún camello, y vuelvan a sus departamentos, a olvidarse de el tema. Así que, además de desentrañar una red de tráfico de drogas, deben combatir con los politiqueos dentro del propio departamento de policía, y poner en juego sus carreras, ya que este es un caso que tanto te puede coronar, como mandar a un cuartucho en un sótano para el resto de tus días.

Por otro lado "los malos" tampoco tienen las cosas fáciles, en una banda fuertemente jerarquizada la caída de uno puede suponer un ascenso... o una sospecha. Dónde la mayoría de los miembros de calle son apenas adolescentes con poca experiencia y pero obligados a crecer rápido y cuyo único conocimiento del mundo se extiende a unas pocas manzanas a la redonda, un mundo donde la única opción es comer o ser comido. Además otra banda quiere hacerse con la zona. El juego del gato y el ratón esta servido.

Aquí un trocito del capítulo 4 dónde McNulty y su colega Bunk de homicidios investigan un caso antiguo, que tal vez este relacionado con la trama principal. No hacen falta subtítulos ;) Arte detectivesco al viejo estilo... CSIs, paké?